¿Qué es el canon? El negocio de las franquicias se construye sobre la colaboración entre el franquiciador y el franquiciado. Entre los dos hay una relación de tipo jerárquico que convierte el franquiciador en el que impone las reglas, que pueden ser sobre las líneas de producción, sobre la forma de distribución, o sobre las ofertas y promociones que los franquiciados tienen el deber de seguir. Los franquiciados por otro lado tienen muchas ventajas a nivel de imagen porque aprovechan del nombre y de la imagen de la marca, que garantizan que la empresa franquiciada pueda ganar dinero a partir su lanzamiento.
Todo esto tiene un coste que se convierte en el canon que se paga al franquiciador. La cantidad y la forma de abonarla varían según las empresas y el tipo de franquicias. Normalmente el canon es una cuota fija que se paga para que el franquiciado pueda aprovechar de las ventajas ofrecidas por el franquiciador. En estos tiempos de crisis durante los cuales los inversores escasean y cada día es más difícil encontrar empresarios que tienen recursos para entrar en una franquicia, los franquiciadores han empezado a encontrar nuevas formas de financiación, eliminando el canon.
Por ejemplo en el sector de la moda muchas firmas importantes no cobran canon, sino solo un porcentaje sobre los productos vendidos. Además en este sector es posible utilizar también la mercancía en depósito, es decir, la posibilidad de devolver a la central el material de sobra y pagar solo por las prendas vendidas.
Es obvio que no puede pasar lo mismo en sectores alimentarios o de restauración, porque en cada sector existen diferentes productos con necesidades diferentes, pero en general estamos asistiendo a una tendencia hacia la desaparición de cánones fijos y se está consolidando el modelo de franquicia sin canon.
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